Hace cuatro años, Nicolás Gana (ICOM 11) tomó la decisión de apuntar su carrera profesional hacia las ventas y el marketing. Es así como trabajó dos años en KOMAX S.A., donde tuvo en sus manos el lanzamiento de la marca Smartwool en Chile y Perú, bajo el paraguas de The North Face. El 2016 lo enfrentó a un doble desafío: aceptó el puesto de export manager en Agrosuper y se trasladó a vivir a Rancagua (VI Región).

“Venía de finanzas. Pero con mi personalidad y dadas mis habilidades para ventas y marketing, el cambio fue rápido, fácil y por lejos la mejor decisión”, comenta este egresado, casado con Michelle Smith, con quien tiene un hijo.

¿Cuáles son actualmente tus principales responsabilidades y desafíos?

Estoy a cargo de supervisar la venta de cerdo, pollo y pavo dentro de Centro y Sudamérica y en África, lo que me ha permitido la posibilidad de conocer desde dentro el mundo productivo de la empresa y su enorme cadena. Siempre, por supuesto, asegurando la mejor calidad en nuestros productos.

Como export manager, ¿cómo es la relación con cada país comprador?

Hay varios factores que influyen en los distintos productos que vendemos a cada nación de Sudamérica. Entre ellos, las relaciones comerciales y acuerdos entre países, las costumbres, la cultura propia de cada región, etc. Por ejemplo, somos el mayor exportador de cerdo a Costa Rica, donde nos enfocamos en productos nobles y magros. Por su parte, Colombia nos demanda más de 1.700 toneladas mensuales de pollo. En Ecuador y Uruguay, la venta principal son cueros y grasas. En definitiva, cada mercado exige diferentes productos, y si los acuerdos lo permiten, nosotros los satisfacemos.

¿Cuánto te toca viajar y a qué países?

Viajo como mínimo cuatro veces al año, dentro de Centro y Sudamérica. Principalmente, visitamos a nuestros clientes y participamos en ferias. Nuestros destinos más frecuentes son Colombia, Costa Rica y Perú.

¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en esta organización?

Al ser una empresa grande, en Agrosuper he podido aprender procesos y procedimientos que solo una compañía de esta envergadura puede enseñar. Por lo tanto, ha sido una etapa muy importante en el desarrollo de mi carrera profesional. Siento un orgullo enorme de representar a Agrosuper, reconocida mundialmente por la calidad de sus productos.

 

¿Cómo se ha dado tu vida en Rancagua?

Vivir fuera de Santiago estaba dentro de nuestro proyecto familiar, por lo que la decisión fue fácil, y en un mes ya estábamos instalados. Ha sido una tremenda experiencia. Viviendo acá nació nuestro primer hijo y empezamos la etapa de crianza, nos compramos una casa y hemos formado un excelente grupo de amigos. La vida en región ha significado disminuir las revoluciones, lo que me permite compartir mucho en familia.

¿Qué recuerdos tienes de la Facultad de Ingeniería Comercial UANDES?

La profesora Clarita Balbontín y su pasión por la matemática, que logró enseñarme con enorme paciencia. También el histrionismo y la manera de hacer clases de Hans Berner, sus cursos de Finanzas II y Políticas I han sido de gran ayuda en mi trabajo. Por último, Cristián Lavín de Costos, quien me inculcó la importancia del esfuerzo y la rigurosidad en el desarrollo de las tareas.

¿Cuál crees que es el sello de los ingenieros comerciales UANDES?

Debido a la exigencia de la Universidad y específicamente de la carrera, somos personas con un alto rendimiento en el mundo laboral. Si tuviera que resumirlo en tres conceptos diría que buscamos el aprendizaje constante, la prolijidad y somos capaces de trabajar bajo presión.

¿Qué haces en tu tiempo libre?

Una cosa que nunca falta en una oficina donde trabajan mil personas es la posibilidad de armar un equipo de fútbol. Por lo tanto, en Agrosuper los lunes son sagrados para la pichanga.