Cuando Camila Giglio (ODO'12) cursaba su último año de Odontología en la Universidad de los Andes se comenzó a cuestionar en qué consistía su profesión y se hizo consiente del impacto ambiental que genera los desechos de su labor.

“Una de esas cosas que contamina y que yo podía cambiar era el cepillo dental plástico. En mi día a día de la práctica odontológica recetaba cerca de 20 cepillos diarios, estamos hablando de 400 cepillos al mes. Esta gran cantidad de cepillos iban a terminar en el mar o en un vertedero contaminando el planeta por miles de años”, indica Camila.

Ante esta realidad, la especialista vio la oportunidad de crear un nuevo cepillo de dientes, con otra materialidad, que en ese momento no había en Chile y que ella estaba segura que podría funcionar. Fue así como Camila creo “Biobrush”, un cepillo de bambú adicionado con micropartículas de cobre y filamentos de nilón.

Tras ganar un fondo capital semilla CORFO de 25MM en 2015, que fue el impulso monetario que necesitaba, se puso a trabajar durante un año para lograr el producto que hoy ya está a la venta. 

“Quería que el cepillo cumpliera con todas las características anatómicas que como odontóloga exijo, por tanto hubo que diseñar desde cero con un diseñador industrial, desde su forma y materialidad hasta su empaque. Porque su diseño, flexibilidad y suavidad influyen directamente en la cantidad de remoción de placa bacteriana y el cuidado de los tejidos. Quería crear un cepillo que combatiera el problema medioambiental sin sacrificar la calidad del producto para los pacientes”, indica Camila.

Biobrush evitas la contaminación en un 91% de basura, ya que usa materiales compostabes y reciclables. Además, las nanopartículas de Cobre le dan propiedades antibacterianas y antifúngica, logrando un 99.9% de eliminación de hongos y bacterias en el cepillo.