Estudiando su último año de carrera volvió a participar de una obra de teatro en la Academia de Artes Escénicas de la UANDES, un tiempo después, fundó con dos amigos la Compañía Rochambeau, que estos días está presentando en el Aula Magna de Biblioteca la obra “Alexander Hamilton”, sobre uno de los padres fundadores de Estados Unidos.

¿Cómo nace tu afición por el teatro?

Siempre me gustó, pero dejé de practicarlo por mucho tiempo. Lo volví a retomar en el Musical Odiseo, de la Academia de Artes Escénicas de la UANDES. Fue Francisca Castillo, la directora actoral, quien me dio la confianza para que me diera cuenta de que no era tarde para volver.

¿Crees que te ayuda a desarrollar habilidades importantes para tu formación profesional?

En lo personal, es una de las actividades que más feliz me hace y volver a retomarlo me hizo sentirme mucho más pleno. La invitación está a no dejar dormido lo que te apasiona, te llenas de energía positiva y, al estar más alegre, el día a día es mejor. De todas formas, en esta disciplina algo clave es escuchar al compañero, se arman las escenas en conjunto y no se enfrentan las ideas, sino que se potencia mucho el trabajo en equipo.

En mi trabajo profesional he estado ligado al área comercial, por lo que, a la hora de presentar, no es que me transforme en un personaje, pero sí al menos sé llevar mejor el ritmo de una reunión y plantear una idea de una forma más clara. De todas formas, hay veces que me siento más nervioso con dos personas al frente que con trescientas.

¿Cuál es tu rol en la obra Hamilton?

Me toca interpretar a George Washington, un poco distinto al tradicional, sobre todo porque a ratos rapea. Juega un rol paternal con el protagonista. Hamilton es una persona bastante impulsiva, mientras que Washington medita antes de actuar y le va dejando varias enseñanzas. Es un personaje mucho más preocupado del bien común que del propio, de hecho, renuncia a un tercer periodo presidencial en pos de la democracia.

¿Qué es lo que más destacas de esta representación?

Que no hay límites al momento de proponerse algo. Hamilton, tal como cuenta la canción Alexander, fue un bastardo, huérfano, hijo de una prostituta y escocés, nacido en el Caribe que enfrentó varias veces a la muerte muy joven (enfermedades y en tormentas), pero que logró llegar a Estados Unidos para terminar siendo un héroe de guerra, fundador del sistema financiero del país, uno de los intérpretes más importantes de la Constitución y una lista bastante extensa de logros. Comenzó sin nada y terminó siendo una de las personas más influyentes en la historia de Estados Unidos, aparece en el billete de 10 dólares y el musical más exitoso de Broadway es sobre su personaje.

¿Qué le dirías a alguien que le guste el teatro, pero no se atreva a meterse a una compañía o crea que no tiene tiempo para ensayar?

Hay que atreverse, en mi caso lo hice en mi último año de carrera, y volver a actuar fue una de las decisiones más importantes de mi vida. Logré sacarme mil cuentos que me había armado en la cabeza y lo mejor es que encontré algo que me llena y me ha hecho rodearme de gente muy importante en vida: amigos, entre ellos Trinidad Ried y Juan Pablo Reich, con quienes fundamos la Compañía Rochambeau, directores que han sido unos Washington para mí vida, e incluso conocí a mi polola gracias al teatro musical.

Siempre es posible hacerse el tiempo. Por ejemplo, nuestro coreógrafo terminó de estudiar Medicina mientras preparaba coreografías para dos musicales y he visto embarazadas de casi 9 meses actuando.

¿Qué tipo de apoyo han recibido de Alumni?

Alumni ha hecho que todo este proceso sea mucho más fácil. Quedé impactado lo fácil que fue acercarse como exalumno: en una reunión planteamos el proyecto y de inmediato nos dieron el apoyo para poder presentar en el Aula Magna de Biblioteca, incluso dándonos días extras de ensayo y un día adicional por el éxito de venta. Agradezco de modo especial a Carolina Moreno, Magdalena Heskia, Sebastián Lorca y Sergio Estéllez, quienes fueron fundamentales en ayudarnos a sacar este proyecto.

¿Hay otros alumnos o alumni en la obra?

Nuestro Alexander Hamilton es Cristobal Fasce, estudiante de Medicina, quien ha participado de la ADAE y ganó el Festival de la Voz el 2018. El Rey Jorge III, uno de los personajes encargado de aportar desde el humor, es José Miguel Ried, profesor de Derecho que es un verdadero showman.