Fernando González (Med’11) hoy asesor Internacional de Inmunizaciones en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha construido su carrera desde la vocación de servicio que cultivó en la Facultad de Medicina UANDES. Durante sus estudios destacó por su participación en diversas actividades sociales y voluntariados de salud, experiencias que lo formaron como un profesional integral: “El énfasis en la dignidad de la persona humana y la justicia social fueron elementos diferenciadores en mi formación y han dejado una huella profunda en mi ejercicio profesional y en mi vida cotidiana”, comenta.

 

Tras egresar, se especializó en pediatría en la UANDES y complementó su formación en el área de Cardiología infantil en el hospital Great Ormond Street en Londres, donde se inspiró para impulsar un enfoque integral en el cuidado del paciente en Chile. Este compromiso lo llevó a hacer el Programa de Atención de Niños con Necesidades Especiales en la Atención de Salud (NANEAS) en el Hospital Dr. Ezequiel González y más tarde a trabajar en el Ministerio de Salud y UNICEF, sin embargo, hoy su meta es seguir llevando la bandera de las inmunizaciones: “Ser Asesor Internacional me ha dejado enseñanzas valiosas, principalmente sobre la importancia de la adaptabilidad, el trabajo en equipo y el respeto por la diversidad cultural, y su reconocimiento como principal activo para general ámbitos sociales”, sostiene.

 

Fernando hoy recuerda con cariño las asignaturas de Pediatría, Salud Pública y también aquellas que incidían en su formación humanista, como teología y ética. “En la UANDES aprendí que, para ser un buen profesional, es esencial actuar siempre con honestidad, humildad, y jamás renunciar a los más altos estándares éticos y morales en cada acción que realizamos”, afirma.

 

Su principal desafío para el futuro es lograr cambios sostenibles en la salud pública y seguir contagiando a más profesionales a seguir ese deseo. A las nuevas generaciones les deja un mensaje claro: “Siempre hay que tratar a los pacientes con el respeto y la dignidad que merecen y no olvidar que el verdadero éxito no se mide por los reconocimientos, sino por la diferencia que logramos hacer en la vida de las personas, que es un privilegio que tenemos en nuestra profesión”, subraya.