El otro día nos llegó un meme que nos llamó la atención. Decía, en versión suavizada, así: no dejes que un mensaje motivacional mejore tu mal día. Además de hacernos reír, dejó en evidencia una estrategia muy difundida por las redes sociales, que no es sino un reflejo de la popular estrategia de la avestruz, esconder la cabeza frente a los problemas. Siempre podemos querer no detenernos demasiado ahí, y pasar de largo. Sin embargo, el gran problema de la estrategia de la avestruz es que no funciona. La soledad, la incertidumbre, los problemas de pareja, la dificultad de conectarse con los hijos, siguen estando ahí.  

 

Ciertamente, es mucho más efectivo abordar nuestros desafíos sin recursos, que no abordarlos. Por eso, yo elijo hacerme cargo, con lo que tengo, con lo que soy. 

Y decido no ahogarme.