Lo normal en este encierro, en estos tiempos de incertidumbre, sabiendo que está muriendo gente, y que va a morir más, y que muchos de los que sobrevivan/mos se empobrecerán, es que sintamos miedo, angustia, ansiedad, rabia o desesperación (o todas las anteriores).  

 

Nos sentiremos inclinados a dejarlas de lado, a distraernos, a olvidarnos. No podemos tapar el sol con un dedo, y las emociones están ahí para decírmeloEsas emociones quieren ser atendidas, aceptadas y validadas. Sentirlas nos hace bien, porque están ahí. No para deprimirnos, sino para que hagamos algo.  

Sin embargo, también sabemos que si nos ahogamos en estas emociones no podremos hacer nada.  

 

La invitación de esta semana, entonces, es a darnos el tiempo para explorar lo que sentimos, con curiosidad, cariño y aceptación. No podemos sanar lo que no se siente.